Robin Williams tenía 63 años, una extensa filmografía que lo consagró como uno de los actores más talentosos y queridos de Hollywood, un Oscar y cinco Globos de Oro pero el último tiempo su vida se convirtió en una batalla para superar sus adicciones y la depresión. Hoy lo encontraron muerto en su casa en California. Aunque la causa de su muerte todavía no fue notificada por la policía, trascendió que el protagonista de “Patch Adams” y “Papá por siempre”, se habría suicidado.
La vida de Robin Williams estuvo marcada por el éxito pero también por las adicciones y los problemas de salud. En la década de los 70 y 80 consumió cocaína pero el nacimiento de su hijo y la muerte de su amigo y colega John Belushi (por sobredosis de drogas) lo incentivaron a dejar.
Tras dos décadas “limpio”, Williams asumió su adicción al alcohol y en el 2006 se internó en una clínica de rehabilitación. Desde entonces mantuvo una cotidiana lucha por mantenerse sobrio.
En el 2009 fue hospitalizado por problemas cardíacos y tuvo que posponer una gira teatral para someterse a una cirugía para reemplazar la válvula aórtica. La cirugía se completó con éxito en marzo de 2009 pero en el 2014 tuvo una recaída y se internó en una clínica de rehabilitación para retomar su lucha contra el alcohol.